2.1. EVALUACIÓN DE LOCUS DE CONTROL
Cuántos
problemas de actitud, responsabilidad, satisfacción y bajo desempeño,
tienen que enfrentar los gerentes, supervisores, facilitadores y los
propios empleados y obreros cuando tienen que trabajar en equipo con
compañeros carentes de iniciativa, que se muestran desinteresados en
cooperar con los demás.
Qué
falta hacía en la administración un modelo que permitiera explicar -por
lo menos parcialmente- los motivos por los cuales algunos trabajadores
permanecen a la expectativa, con una actitud dependiente, contemplativa,
esperando que otros tomen las acciones y decisiones por ellos. Muchos
trabajadores van por la vida esperando que sea la suerte la que decida
su futuro, -el ascenso, la promoción, el ser o no considerados en un
programa de recorte de personal- porque se advierten incapaces de
influir positivamente en su destino, no se comprometen a actuar
responsablemente, tienen expectativas y metas, pero no emprenden las
acciones correspondientes para alcanzarlas. Las diferencias entre las
actitudes que adoptan los trabajadores están en su perfil de locus de
control.
La
importancia del locus de control radica en su relación con los procesos
cognitivos como: actitudes, opiniones, percepción, formación de
conceptos, toma de decisiones, satisfacción hacia el trabajo y otros
factores como son: nivel de desempeño, responsabilidad y productividad
del trabajador.
En
su teoría del aprendizaje social Rotter (1981) sostiene como ideas
principales, que la personalidad representa una interacción del
individuo con su medio ambiente y que no se puede hablar de la
personalidad de un individuo, de modo independiente de su ambiente; así
mismo, la describe como un ente relativamente estable de respuestas
potenciales a ciertas situaciones particulares.
Las
experiencias de la vida permiten que las personas vayan construyendo
creencias del por qué ocurren sus reforzamientos y sobre la posibilidad
de intervenir favorablemente en las ocurrencias y construir, de este
modo su propio futuro. De tal manera que las personas buscan con sus
acciones maximizar sus reforzamientos, evitando al mismo tiempo castigos
y experiencias negativas.
La
Teoría del Aprendizaje Social de Rotter (1981), explica la conducta
humana en términos de una continua interacción entre los determinantes
cognitivos, conductuales y ambientales. Esta teoría otorga una función
importante a las expectativas de control del reforzamiento a través del
concepto locus de control.
El
concepto de locus de control según Penhall (2001), se refiere al grado
con que el individuo cree controlar su vida y los acontecimientos que
influyen en ella. En términos generales, constituye una expectativa
generalizada o una creencia relacionada con la previsibilidad y
estructuración del mundo.
Cuando
un sujeto percibe que un determinado evento reforzador es contingente
con su propia conducta, esto es, considera que ejerce influencias
importantes sobre el curso de su propia vida, se dice que tiene un
control interno del refuerzo; si por el contrario, un sujeto percibe un
refuerzo como una consecuencia indirecta de su comportamiento y posee la
creencia de que estos acontecimientos están determinados por fuerzas
externas fuera de su alcance, tal como la suerte o el destino, se dice
entonces que tiene un control externo del refuerzo
Se
ha calculado que un buen setenta y cinco por ciento de la gente en
nuestra cultura tiene una orientación de personalidad más externa que
interna. Esto quiere decir que es muy probable que cualquiera de
nosotros encaje en esta categoría con mayor frecuencia que en la otra.
¿Qué quiere decir ser “externo” en tu locus de control? En esencia ser “externo” quiere decir que tú responsabilizas de tu estado emocional en tus momentos presentes a alguien o algo externo sea algo que está fuera de ti mismo. Si te preguntaran: “¿Por qué te sientes mal?” y tú contestaras con respuestas como: “Mis padres me tratan mal”, “Ella me ofendió”, “Mis amigos no me quieren”, “No tengo suerte” o “Las cosas no van bien”, ello significaría que estás dentro de esta categoría externa.
Y
por lo mismo si te preguntaran por qué eres tan feliz y tú contestaras:
“Mis amigos me tratan bien”, “Mi suerte ha cambiado”, “Nadie me está
fastidiando” o “Ella se arriesgó por mí,” querría decir que aún estás
dentro de un marco de referencia externo atribuyéndole la
responsabilidad de lo que tú sientes a alguien o algo que está fuera de
ti.
La
persona que tiene un “locus” de control interno es la que coloca
firmemente sobre sus propios hombros toda la responsabilidad por lo que
él mismo siente y este tipo de persona es muy rara dentro de nuestra
cultura.
Con base en lo anterior, los dos extremos de locus de control son internos y externos, según las siguientes definiciones:
· Locus de control interno:
Percepción del sujeto que los eventos ocurren principalmente como
efecto de sus propias acciones; es decir, la percepción que el mismo
controla su vida. Tal persona valora positivamente el esfuerzo, la
habilidad y responsabilidad personal.
· Locus de control externo:
Percepción del sujeto que los eventos ocurren como resultado del azar,
el destino, la suerte o el poder y decisiones de otros.
La
evaluación del locus de control, es una medición de la capacidad de
control y autocontrol, hasta qué punto los sujetos logran controlarse
ante eventos sociales o de lo contrario cómo son influenciados por estos
en su actuar.
Ejercicio de reforzamiento 2.1. Evaluación del locus de control.
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· Diseñará
un cuestionario para evaluar el locus de control de los integrantes del
grupo. (Antes de aplicarlo, deberá ser revisado por el profesor).
· Aplicará el cuestionario entre los integrantes de su grupo.
· Determinará
qué tipo de locus de control presentan y lo ilustrará en un gráfico
(histograma, polígono de frecuencias o gráfica de sectores).
· Redactará una conclusión de los resultados obtenidos.
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